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Base Naval de Cartagena podría ser trasladada a Tierrabomba

La histórica Base Naval de Cartagena, situada a la entrada de Bocagrande, se está haciendo incómoda para los vecinos. Foto: Fernando Ariza / Cambio

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LA BASE NAVAL de Cartagena, una ciudadela militar con muelles, un batallón de Infantería de Marina, edificios de apoyo logístico, un centro habitacional para oficiales y un hospital de tercer nivel, no es vista con buenos ojos por los vecinos que se quejan porque impide el desarrollo de ese sector residencial de Bocagrande, obstaculiza el tránsito y hace vulnerable la zona en caso de ataques. 

Su historia empieza en la década del 60, cuando el Gobierno le compró a la compañía Andian un terreno de 40 hectáreas donde almacenaba y comercializaba combustibles, y la cedió a la Armada. Entonces Bocagrande era una península deshabitada, ideal para el desarrollo naval, gracias a la ventajas que ofrecían la bahía y el área continental, donde funcionaría, además, la primera Escuela Naval de Cadetes.

En forma simultánea, la ciudad emprendió un desarrollo urbano y turístico que terminó por saturar la zona. Hoy los superpoblados  barrios de Bocagrande, Castillo Grande y El Laguito, enfrentan un grave problema de movilidad por insuficiencia de vías, que se agudiza en las temporadas turísticas cuando colapsa el tráfico. A esto se suman riesgos de seguridad. "Si en las actuales circunstancias actuales al presidente Chávez le diera por ensayar sus aviones de combate rusos, lo haría contra la base de Cartagena y la población civil pagaría los platos rotos", le dijo a CAMBIO el ex magistrado Carlos Villalba Bustillo.

La presión para que la Armada saque la base de ese sector residencial  no es nueva e incluso ella misma ha hecho estudios para su traslado y todo indica que la Isla de Tierrabomba sería el lugar apropiado, pues está frente a Cartagena y es propiedad del Distrito y de la Armada. Incluso se han hecho gestiones ante el Ministerio de Hacienda y el Distrito para buscar la financiación de la construcción de la nueva base, pero los estudios y la propuesta han terminado archivados.

Sin embargo, algunos creen que ahora la situación puede cambiar porque Cartagena vive un proceso de transformación estructural favorable para que, por fin, las autoridades solucionen el problema. Según el empresario Jaime Alberto Restrepo, ya no hay argumentos que justifiquen la  permanencia de la base. "Las razones de seguridad quedaron sin piso: las corbetas y submarinos que allí permanecen aportan soberanía en los mares y no seguridad en tierra -dice Restrepo-. Un batallón de Infantería de Marina es más necesario para cuidar a los campesinos en los Montes de María que el sector turístico". 

Tampoco parece sensato que la Armada tenga en esa base un astillero si en Mamonal tiene 170.000 metros cuadrados de instalaciones, donde funciona la Corporación de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo de la Industria Naval Marítima y Fluvial, Cotecmar, y además dispone de extensas áreas en Tierrabomba, de similar importancia estratégica. "Todas las armadas del mundo han replanteado seriamente

tener sus sedes cerca de la población civil y sobretodo en bahías cerradas con un solo acceso, como la de Cartagena -explica Restrepo-. Esta lección la aprendió la humanidad en Pearl Harbor en la II Guerra. No es seguro tener corbetas y submarinos dentro de la bahía, pues las pueden inutilizar sin dispararles un solo tiro, simplemente cerrando el acceso con otro barco que hundan en Bocachica".

La Asociación de Vecinos de la zona no comparte los temores en materia de seguridad y considera, más bien, que el problema es de movilidad. Por eso ha propuesto el traslado de la base en el marco de las mesas de concertación del Plan de Desarrollo que acaba de presentar la administración de Judith Pinedo. "Si la base naval cede esos terrenos, Cartagena podrá contar no sólo con nuevas vías para desembotellar el sector turístico, sino con un gran parque que serviría de pulmón urbano", le dijo a CAMBIO Ignacio Villareal, presidente de la asociación.